Fear, es también el título del video de la realizadora Claudia Aravena, chilena, de origen palestino y residente en Alemania. La utilización de archivos intervenidos, sacándolos de su contexto original, constituye una marca expresiva y conceptual, que rompe con el corte lineal y la lógica del montaje original de estos materiales provenientes, en parte, de películas de Hollywood. Este recurso a la memoria del cine configura un collage conceptual, que podemos pensar como un ensayo sobre la imagen mediatizada del miedo como tal. Primero fue el cine en su forma de espectáculo, que fue creando ciertos mitos a través de referencias del cine comercial, desde Kubrick a Polanski, lo filmado queda como discurso de la ficción sobre los miedos actuales, relacionados con las enfermedades, plagas, guerras, sectas, terrorismo. Notable paradoja para los tiempos actuales en que la muerte del cine es un hecho en su simulación a través de soportes digitales, desde los cuales se construye una máquina comparativa con un pasado, al que sólo se puede hacer referencia desde el cine mismo. Aravena también apela a la imagen del miedo, a través de su nombre, en una enciclopedia que escribe y sustenta en un directo de cámara, a través del cual se junta el directo de la imagen con el sonido. El recorrido y la mención alfabética de casi todas las fases del temor sustantivo se apoyan en el rostro y su piel, los labios y la boca, y el cuerpo del personaje frente a la cámara. Es la misma Claudia Aravena quien, con su acción performativa frente cámara, con sus rasgos árabes, su acento chileno, sus diversas máscaras, propone una puesta en escena de sí misma y de su propia identidad.
Fear, es también el título del video de la realizadora Claudia Aravena, chilena, de origen palestino y residente en Alemania. La utilización de archivos intervenidos, sacándolos de su contexto original, constituye una marca expresiva y conceptual, que rompe con el corte lineal y la lógica del montaje original de estos materiales provenientes, en parte, de películas de Hollywood. Este recurso a la memoria del cine configura un collage conceptual, que podemos pensar como un ensayo sobre la imagen mediatizada del miedo como tal. Primero fue el cine en su forma de espectáculo, que fue creando ciertos mitos a través de referencias del cine comercial, desde Kubrick a Polanski, lo filmado queda como discurso de la ficción sobre los miedos actuales, relacionados con las enfermedades, plagas, guerras, sectas, terrorismo. Notable paradoja para los tiempos actuales en que la muerte del cine es un hecho en su simulación a través de soportes digitales, desde los cuales se construye una máquina comparativa con un pasado, al que sólo se puede hacer referencia desde el cine mismo. Aravena también apela a la imagen del miedo, a través de su nombre, en una enciclopedia que escribe y sustenta en un directo de cámara, a través del cual se junta el directo de la imagen con el sonido. El recorrido y la mención alfabética de casi todas las fases del temor sustantivo se apoyan en el rostro y su piel, los labios y la boca, y el cuerpo del personaje frente a la cámara. Es la misma Claudia Aravena quien, con su acción performativa frente cámara, con sus rasgos árabes, su acento chileno, sus diversas máscaras, propone una puesta en escena de sí misma y de su propia identidad.