Parte I: Videomonocanal, DV, 24 min. 2001
Parte II: Videoinstalación de 3 canales, Estación de Metro Bellas Artes, Santiago, 2002
lugar común/common place I es la primera etapa del proyecto, iniciado en el año 2000 y completado en marzo del 2001. Consistió en la elaboración e intercambio de documentación en video acerca de diferentes aspectos de nuestro “ser-en-la-ciudad”. Estos documentos, concebidos como notas de trabajo y cartas personales a la vez, articulan una mirada dual, a partir del cotidiano, sobre dos diferentes ciudades de dos diferentes distancias: Claudia Aravena, hija de una inmigrante palestina en Chile, transformada ahora en una extranjera en Berlín; Guillemo Cifuentes, hijo de exiliados políticos chilenos, reinventando ahora un sentido de pertenencia a Chile. Cada uno observando la ciudad para el otro, desde la acumulación de distancias y desplazamientos que marcan sus biografías respectivas. El primer resultado consolidó la correspondencia misma, concentrándose especialmente en elaborar el aspecto del intercambio y de la comunicación a distancia que ha sido el eje de trabajo de ambos a lo largo del proyecto.
La segunda etapa del proyecto involucra la integración en el trabajo del aspecto migratorio. Un trabajo que es capaz de replicar el traspaso, una y otra vez repetido, de los límites, en cuanto base misma, tanto en un sentido conceptual como material, del proyecto. Esta etapa contempla dos instalaciones gemelas, una en Santiago, la otra en Berlín, de modo de desplegar los conceptos centrales (dislocación, desplazamiento, distancia) soportados por el video, re-editado y re-diseñado de un modo site-specific. De esta manera, los artistas no hablan solamente de la experiencia de desarraigo: también la sostienen formal y performativamente, relocalizándola y retornándola a sus lugares de origen y, a la vez, poniéndolos en comunicación. Una actividad, un desplazamiento activo, que finalmente se constituyen ellos mismos en lugar: un lugar de identidad común, entendida como un gesto activo de ofrenda y apropiación.
Nominado al Premio Altazor 2002, Categoría Instalación y Videoarte