El Proyecto Plalestina de Claudia Aravena Abughosh consiste en tres trabajos:  „Beitjala“ (2003, Santiago), „Greetings from Palestina“ (2003, Santiago y Kassel) y  „Out of Place“ (2005). La autora de Proyecto Palestina nace en Chile de padre chileno  y madre palestina, filiación doble que emerge como matriz de sus trabajos. 
PROCESO DE OBRA EN PROYECTO PALESTINA 
Beitjala es la ciudad de origen de la familia materna de Claudia Aravena.  Familia, que al igual que muchos otros inmigrantes palestinos, desarrollaron el rubro del  vestuario en Santiago y se instalaron en el barrio Patronato, centro del comercio  palestino. Para la obra „Beitjala“ Claudia Aravena entrevistó a miembros de su familia  y a otros comerciantes de Patronato para indagar en el imaginario palestino de estos  inmigrados al suelo chileno. Las tres proyecciones de video, proyectadas sobre las  vitrinas de la tienda de la familia Aravena Abughosh, exhibieron el archivo de imágenes  que la autora registró en Beitjala de acuerdo a los testimonios de sus entrevistados. Por  tres días de abril, del año 2003, las vitrinas del negocio familiar suspendieron la  exposición de maniquís y piezas de vestuario por la moción de algunos fragmentos de la  memoria palestina en Chile.  
Utilizando el género postal, Claudia Aravena envía una imagen con un saludo,  desde un territorio a otro: „Greetings from Palestina“ a Chile, lugar de su recepción y  lectura (6ta Bienal de Video y Nuevos Medios en Santiago1). Una sola toma constituye  su video: una barricada de concreto ubicada en Belén, construida para impedir el acceso  de los palestinos a Jerusalén. En off se escucha el diálogo entre la artista y los soldados  isarelíes que vigilaban este puesto y, como pleonasmo del muro, queda grabado su  intento de bloquear la filmación de la autora y la prohibición de su cercanía al muro y,  por extensión, a Jerusalem. Sobre bloques de concreto fue proyectado el loop de este  video. Tanto la reiteración de la barricada como la infinita repetición de la toma  representan el eterno retorno de lo igual como la percepción de lo siniestro (Freud).  

1 Bajo similares condiciones de montaje, fue exhibido este trabajo en el festival „Kasseler  Dokumentarfilm und Videofest“ en Kassel, en el año 2003, donde obtuvo el primer premio, el Golden  Cube Preize.
Tomando el título de las Memorias de Edward Said, „Out of Place“, Claudia  Aravena, realiza un video en base a las fuentes fotográficas de su álbum familiar  chileno-palestino, revistas de época y registros audiovisuales, filmados por la autora,  sobre su familia árabe2 en la Palestina y Chile actual. En este trabajo investiga los  procesos de representación de la identidad del sujeto, de la cultura y del medio mismo  de la fotografía. Al señalar el viaje y la adaptación de los inmigrantes palestinos en  Chile, exhibe el devenir entre una cultura y otra, y la conformación de un proceso de  identificación dinámico entre ambas. Este proceso de „aculturación“ se deja ver en la  (im)posibilidad de traducir la totalidad de los códigos culturales; las narrativas  incompletas; y la manera hibridante de trabajar el medio del video. Acerca de este  trabajo -en referencia a los dos anteriores y a su contexto con el medio artístico chileno  y palestino- es que desarrollaremos este texto. 
II 
EL PROBLEMA DE LA REPRESENTACIÓN 
En „Out of Place“ la fotografía no opera como documento3 de lo fotografíado,  grafica, más bien, la imposibilidad de esa captura, lo precario de su revelado. Los  retratos y fotografías de grupo no nos representan4 hechos precisos. Sin pie de foto u  otra aclaración exacta, los álbums de Aravena y Abughosh, de Chile y Palestina, se  cruzan sin aviso representando las discontinuidades e islotes de la memoria. El retrato  de la familia Abughosh, refugiada fuera de Palestina, seguramente por los disturbios  iniciados el año '48 cuando se formó el Estado de Israel, no alcanza a constituirse en un  „hecho probatorio“ de carácter documental, pues Sumaya Abughosh Hussein, madre de  la autora, no da con la realidad tras la foto: „Hubo una revuelta, no me acuerdo el año  (...) el abuelo nos llevó al Libano y esa foto para mí que fue sacada allá o fue sacada en  Palestina para viajar con los cuatro hijos al Líbano. No me acuerdo por qué está esa foto  (...) Siria puede ser (...) el Samy dice que es de Siria, puede ser“. Muchos retratos de  

2 “Árabe”, como ha señalado Catherine David en este Seminario, no es un término aplicable a todos los  territorios de Medio Oriente. Por ejemplo, Israel no se considera parte de la cultura árabe. Otro término  que se ha utilizado para agrupar al Medio Oriente ha sido el adjetivo “Islámico” que, sin embargo, nos  
parece exclusivamente religioso y excluyente de otros credos como el cristiano. Con esas salvedades nos  referiremos a la cultura “árabe” en este texto. 
3 Esta definición de documento, „Escrito en que constan datos fidedignos o suceptibles de ser empleados  como tales para probar algo“, nos permite desplazarla a la fotografía y remitirnos al debate de lo  documental. En: Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, 1992. 4 El concepto de „representación“ estética tiene sus orígenes en la mimesis aristotélica, donde el lenguaje  es un medio de representación de las acciones humanas. Si bien para Aristóteles el medio de  representación debe imitar –de ahí la mimesis- a las acciones, veremos que la función mimética dejará  paso a la diferencia e, incluso, el repliegue del lenguaje sobre sí mismo en la época moderna. En este caso  lo documental se define por su fidelidad entre la representación y lo representado, fidelidad que se  presenta sólo desde su imposibilidad en „Out of Place“.
grupos, bajo parrones o a campo abierto, ambiguan también el asentamiento en un  paisaje árabe o en las zonas del centro y norte de Chile, escapando al „color local“. Este  ensamblaje de los cuerpos fotográficos exhibe, más que una secuencia de hechos o  peripecias de la familia, el deseo de archivar los blancos, las incertezas y las pérdidas  propias de una memoria desplazada y constituida „entre“ Palestina y Chile.  
En „Out of Place“ la familia palestina inmigrante y sus hijos nacidos en Chile se  sitúan como sujetos en constante relación entre los códigos árabes y chilenos. Hay una  escena donde la madre y tía de Claudia Aravena Abughosh preparan comida árabe en  casa y, mientras moldean los pequeños bocadillos, se expresan en la lengua de su exilio,  el castellano de Chile. Como punto de encuentro entre ambas culturas, la fotografía de  aeropuerto5 nos muestra los primeros pasos de los arribados en territorio chileno. La  capacidad de „ser otro“6, la construcción dinámica e híbrida de estos sujetos, cuestiona  la „identidad“ como algo dado o esencial y exhibe, por el contrario, los procesos de  „identificación“, a través de los cuales el sujeto se configura incorporando elementos  sociales e históricos exteriores7. Incluso, en uno de los aspectos más inherentes a la  
representación del sujeto: su nombre, se nos cuenta como „Claudia“ es la apropiación  de „Claudia Cardinale“, eco de Hollywood. 
No sólo el movimiento entre la cultura local palestina y chilena, sino que también el  sujeto es penetrado por los signos planetarios de un sistema-mundo8, como el nombre  de la Cardinale, masificado mundialmente en la generación de los '70: “Los  consumidores de todas las clases sociales pueden leer las citas de un imaginario multi 
local que la TV y la publicidad agrupan: ídolos del cine de Hollywood y de la música  pop (...) componen el repertorio de signos en constante movimiento”9. Un constante  juego de alteridad, de „aculturación“, entendido este último como „proceso en el cual el  sujeto asume otra cultura“10, da cuenta de la doble captura del sujeto y de una cultura  híbrida y sincrética.  

5 La fotografía de aeropuerto tomó la fuerza de un género en los '70, cuando los exiliados de las distintas  dictaduras sudamericanas, se tomaban la última foto en suelo nacional y la primera en el país del exilio. 6 En este caso estamos usando la definición de alteridad, „condición de ser otro“, para definir las  constantes transformaciones del sujeto inmigrante. Hay que considerar que alteridad posee la misma raíz  latina de „alterar“ que justamente significa „cambiar la esencia o forma de una cosa“. En: Diccionario de  la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, 1992. 
7 Desde Derrida, cuyo libro La Hospitalidad es citado en „Out of Place“ en los monólogos de la autora,  podemos definir la oposición entre „identificación“ e „identidad“. Mientras a la identidad podríamos  explicarla como una esencia anterior a la existencia del sujeto; la identificación es posterior a la existencia  y se construye de manera no autónoma, sino que en relación a elementos sociales e históricos exteriores,  por tanto ideológicos. De este modo, Derrida cuestiona que la conciencia sea una experiencia directa, sino  mediada y afirma que la identidad se construye sobre una base parasitaria: „Una identidad nunca es dada,  recibida o alcanzada; no, sólo se sufre el proceso interminable, indefinidamente fantásmatico de la  identificación“. En: Jacques Derrida: El monolingüismo del otro o la prótesis de origen. Buenos Aires,  Manantial, 1997, pp.45-46. 
8 Enrique Dussel discute el aspecto exclusivamente eurocéntrico de la modernidad, pues ella también  opera periféricamente, en un „sistema-mundo“. En: Enrique Dussel: „Beyond Eurocentrism: the world system and the limits of modernity“. Frederic Jameson (ed.): Global Cultures. Durham y Londres, Duke  University Press, 1998. p. 4. 
9 Nestor García Canclini: La globalización imaginada. Buenos Aires, Paidós, 1999. 10 Si bien el concepto de „aculturación“, originado en la antroplogía norteamericana, significó en un  principio la adopción de la cultura superior dominante y la consiguiente pérdida de la cultura dominada, 
La identidad como representación estable y eterna se sitúa sólo en la región de la  ficción, en el disfraz. La fotografía del niño palestino, sobre alfómbras típicamente  árabes y con las ropas de paisano y el otro niño sobre un caballo y vestido como huaso  chileno, con poncho y chupalla, son reafirmaciones identitarias desde el disfraz de „sí  mismos“. La paradoja consiste en que sacado el disfraz, se vuelve a la realidad  contaminada, móvil y en constante alteración.  
Al fondo de algunas imágenes de „Out of Place“ se escucha una música típicamente  árabe, sometida a un proceso tal de descomposición y desafinación que, finalmente,  pierde todas las marcas y estereotipos que la harían reconocible. Su deformación  grotesca deja a la vista el artificio de su invento e inventario11 y, por tanto, la sospecha  de correspondencia entre las representaciones inmutables, cuan disfraz, y las  complejidades del contexto real12. 
III 
MIGRACIÓN Y DIÁSPORA 
A causa de distintas ocupaciones, comenzó la inmigración palestina. En 1880 arribó  la primera oleada de palestinos en Chile, afectados por la crisis económica durante el  dominio del Imperio Otomano y provenientes de tres pueblos predominantemente  

hoy se usa este concepto para dar cuenta del „contacto cultural“ y sus procesos de hibridación. En:  Gonzalo Aguirre Beltrán: El proceso de aculturación en el cambio sociocultural en México. México,  FCE, 1992. pp. 7-8. 
11 Said ha analizado la difusión de estos estereotipos sobre Oriente como construcciones europeas:  „Oriente era casi una invención europea y, desde la antigüedad, había sido escenario de romances, seres  exóticos, recuerdos y paisajes inolvidables y experiencias extraordinarias (...) lo principal para el visitante  europeo era la representación que Europa tenía de Oriente y de su destino inmediato“. En: Edward Said:  Orientalismo. Madrid, Libertarias, 1990. p.19. Si bien Said toma sus ejemplos del campo literario,  tendríamos que establecer los correlatos en el campo de la historia del arte. Jan Van Kessel, pintor  holandés del siglo XVII, nos deja frente a este problema de la representación de Oriente. En su obra „Die  Vier Erdteile“ (1664-1666) (Las cuatro partes de la tierra), representa a América, Europa, Africa y Asia.  Para cada continente, dispone de los inventarios de insectos, los tipos locales y el paisaje regional. En el  caso de la pintura de Asia, recolecta todo lo que Said atribuye a la reducción europea de Oriente: las  alfombras, turbantes, lámparas de Aladino, zapatos en punta, ropas bombachas, etc. Un análisis de la  pintura desde el Renacimiento al Barroco europeo nos llevaría a interesantes reflexiones sobre el  „orientalismo“ en ese campo. 
12 Said, sin usar el término, ve a las representaciones como „mediaciones“ y, por tanto, como  construcciones de la verdad más que la verdad misma. En tanto construcción, Said señala el error de  percibirlas como representaciones fijas, y no desde las condiciones complejas de su contexto de  producción: „La verdadera cuestión es saber si de hecho puede haber una verdadera representación de  algo, o si todas y cada una de las representaciones, porque son representaciones están incrustadas primero  en la lengua y después en la cultura, las instituciones y el ambiente político del que las hace. Si la última  alternativa es la correcta (como yo creo), tenemos que estar dispuestos a aceptar el hecho de que una  representación esta eo ipso comprometida, entrelazada, incrustada y entretejida con muchas otras  realidades, además de con la „verdad“ de la que ella misma es una representación“. Op. cit. p. 322.
cristianos: Beit Jala, Bethlehem y Beit Sahur, los que hoy pertenecen al llamado distrito  de Bethlehem. Inmigración que aumentó en 1912 con la imposición otomana del  servicio militar obligatorio, del que escapaban los jóvenes palestinos. La segunda gran  oleada de inmigración fue a partir de 1948, tras la formación del estado de Israel13. Una  parte de esa inmigración era constituida por deportados políticos del Partido Comunista,  principalmente de Beit Jala, la denominada „Moscú chica“. 
Para ese entonces, los inmigrantes palestinos en Chile ya constituían una  comunidad: habían establecido en 1917 su primera organización, la Catedral Ortodoxa  San Jorge, en el barrio Patronato de Santiago donde se desarrolla hasta hoy una vasta  actividad comercial palestina; en 1920 fundaron el Club Palestino, primer club de fútbol  en el mundo que lleva el nombre y los colores de Palestina; y en 1947, producto de un  debate entre estudiantes sionistas y palestinos de la Universidad de Chile, esta  institución pidió al gobierno de Chile que no votase a favor de la partición de Palestina,  siendo Chile una de las 29 abstenciones en la sesión de la ONU.  
Esta adaptación palestina en Chile creo condiciones favorables para las nuevas  generaciones de inmigrantes y las mismas familias palestinas asentadas fueron el  destino inmediato de los arribados posteriores. Desde la vida rural de Beit Jala, basada  en la agricultura de olivares, comienza la migración de la familia Abughosh, en el año  '51, con destino a Illapel, un pueblo al norte de Chile: „En esos tiempos todo el mundo  tenía su campo. Paramos en Francia y ahí la vida era muy cara (...) y de ahí nos fuimos  en tren a España (..) y en Barcelona estuvimos casi tres meses esperando los papeles  para entrar a Chile (...) y de Buenos Aires fuimos en tren a Chile, al norte de Chile, a un  pueblo llamado Illapel donde vivía la familia“.  
Arrancados de su origen, los inmigrantes construyen la identidad del „Nuevo  Mundo“ y desde los periplos del viaje proyectan en el horizonte una utopía. En su  desplazamiento arrastran un mundo hacia otro y en el encuentro real con esa alteridad se  destruyen no sólo los mitos del viaje, sino que se abandona al sujeto irremediablemente  „entre“ dos mundos lejanos: „La gente que llegaba de América hablaba de América y de  América (...) que las casas eran enteras bonitas, de cristal. Creían que América era otra  cosa, que era agarrar la plata en saco. Y cuando llegamos en la noche a Illapel y cuando  mi mamá despertó en la mañana y vio los cerros pelados y la casa, se quería morir, se  puso a llorar [y dijo]: -venir de tan lejos para venir acá, a este pueblo tan feo“. 

13 Las causas de la inmigración palestina no corresponden sólo a problemas políticos o religiosos, sino  que también a la incidencia directa en la economía, cuyas crisis constituyen la causa inmediata de las  oleadas de inmigración. Gema Martín establece las relaciones interdependientes entre política y  economía: „La región de Oriente Medio se caracteriza por experimentar profundas convulsiones políticas  a consecuencia de una serie de crisis y conflictos prolongados (la invasión iraquí de Kuwait y la guerra  que le siguió trastocando profundamente todo el orden regional; la ocupación israelí de los territorios  palestinos y la Intifada que ello ha desencadenado; el embargo y las sanciones lideradas por EEUU contra  Irán e Irak) que afectan a las capacidades de los regímenes y las economías, contribuyen al proceso  general de empobrecimiento de la región y generan unos enormes gastos militares que dificultan el  proceso de liberación“. En: Gema Martín Muñoz et al: „Después de Manhhattan, qué?“. Santander,  Editora Límite, 2002. p. 35.
Después del aumento de las inmigraciones se creó, en los '70, el Estadio Palestino y  en los '80 el Colegio Árabe en Santiago. Hoy existen cinco iglesias ortodoxas y una  mezquita (donde se agrupan unas veinte familias palestinas musulmanas, provenientes  principalmente de Beit Safafa) y la Universidad de Chile cuenta con un Centro de  Estudios Árabes. 
La inmigración palestina ha tenido como destino distintas regiones del Mundo.  Su mayor concentración se encuentra en otros países árabes del Medio Oriente y  Estados Unidos, pero está mundialmente diseminada, como lo muestra el mapa de „La  diáspora palestina en el mundo“ de Philippe Rekacewicz, publicado en Le Monde  Diplomatique.  
Esta diáspora14 genera la doble captura entre Palestina-Chile y Palestina y sus  múltiples destinos, desestabilizando la visión homogénea y atemporal de Oriente, que  Edward Said criticaba como la mirada colonizadora15. Los sujetos de „Out of Place“ se  construyen justamente desde ese „Fuera de Lugar“, desde, como ha dicho el escritor  palestino radicado en París, Elías Sanbar, la identidad del devenir: „Dire une identité,  dire son identité, consisterait dès lors à identifier puis noter les positions-figures afin de  tracer un parcours, un trajet en permanence cinétique. Les recouperements successifs de  ces vecteurs de flux forment alors une succession, une chaine de figures d’intensités  déformables et c’est à travers ces figures-là que l’identité prend sa consistance. Cette  chaîne d’identité, je l’appelle identité de devenir“16. 
IV 
INDETERMINISMO 
Entre códigos de entrada y salida devienen los sujetos de „Out of Place“. Si bien el  orden filológico de las lenguas las articula en dependencia de sus familias, en formas de  lenguas troncales y sus hijas-ramas, en este video asistimos al proceso de  desfamiliarización y refamiliarización de una lengua a otra; la extrañeza del árabe y la  habitualidad del castellano. 
La imposibilidad del árbol como metáfora de un desarrollo lineal y causal se da por  los vacíos, por las partes perdidas que suspenden el diagrama y plantean el problema de  la traducción: no todo el árabe se traduce. Las interrupciones de esta lengua, sus cortes   
14 Si bien originalmente el concepto de „diáspora“ se utilizó para „la diseminación judía por todo el  mundo antiguo“. Por extensión, puede referirse a „la dispersión de individuos humanos que anteriormente  vivían juntos o formaban parte de una etnia“. En: Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real  Academia Española, 1992. 
15 „La imagen que se tiene de los árabes es la de camelleros, terroristas, gentes con nariz de gancho o  libertinos cuya inmerecida riqueza es una afrenta para la verdadera civilización“. En: Edward Said. Op.  cit. p.139. 
16 En: Elías Sanbar: Figures du Palestinien : Identité des origines, identité de devenir. París, Gallimard,  2004. p. 15.
y tartamudeos, nos dejan en un punto indeterminado de este cruce, a oídas y silencio,  fuera de lugar.  
Los relatos de „Out of Place“ nos llevan a intensidades narrativas –la historia de  amor de los padres, el viaje a América, el origen de los nombres, etc-, enlazadas con  zonas no narradas: de la imagen sin personaje, sin acción, sin desenlace. Estas  estructuras narrativas incompletas, con zonas mudas, despliegan un relato  indeterminado que, en vez de documentar lo real, lo interroga.  
Y la estructura arbórea, de las familias, las lenguas y la narración, se corta en  pedacitos. Y dispersos como las olivas, los hijos-frutos son arrancados y diseminados,  como imagen recurrente de „Out of Place“. 
VIDEO 
El video es trabajado desde la subjetividad del devenir. Su alta reproductibilidad  permite su migración múltiple, su simultaneidad en distintos lugares, su diáspora. El  acopio de distintos materiales visuales en “Out of Place” -super 8, film digital y  fotografía- se arma a partir de un montaje híbrido, del corte y su otro contiguo, y desde  ese ensamblaje se reducen las distancias, se acerca el „Fuera de Lugar“.  
Tras un blanco aparecen y desaparecen gradualmente las imágenes de “Out of  Place”, constituyéndose entre la ausencia y la presencia; la memoria y el olvido;  representando también el devenir, la ida y vuelta de los sujetos inmigrantes de “Out of  Place”. 
A través del uso del video se abisma constantemente a la fotografía17: la pose, el  encuadre, el registro y el propio fotógrafo permiten un trabajo reflexivo de los  materiales fotográficos y su disposición como archivo y registro. 
VI 
 CONTEXTUALIZACIÓN CON ARTISTAS CHILENOS  
El tema de la inmigración como proceso constitutivo de la sociedad chilena no  ha sido un tema trabajado en el arte chileno, a excepción del trabajo de Claudia Aravena  Abughosh, analizado en este texto. El exilio, la marginalidad social o la hibridación de  los signos culturales son problemáticas relacionadas, en algún punto, con la discusión  que abre el trabajo de Claudia Aravena Abughosh. La misma autora ha realizado  

17 „Puesta en abismo“ es un término original de André Gide y actualizado por Lucien Dällenbach para  determinar la reflectividad especular entre el enunciado de una obra y su enunciación o código.
proyectos colectivos que han desarrollado la condición de extranjero del habitante de  una ciudad adoptada. Es el caso de la obra „Lugar común“ (Santiago, 2001), realizado  por la autora, residente en Berlín, y Guillermo Cifuentes, hijo de exiliados chilenos. En  este trabajo intercambiaron imágenes de Berlín y Santiago con el fin de “explorar las  distancias, desplazamiento y dislocación (el ser extranjero) como formas de estar y vivir  en la ciudad, al mismo tiempo que se construye como un diálogo (...) tejiendo un  „lugar“ subjetivo que no es ninguna de las dos ciudades, pero existe en el transitar de  una a otra” 18 (G. Cifuentes). En „Reconocimiento de lugar“ (Santiago, 2002) Claudia  Aravena, Guillermo Cifuentes y Alejandra Egaña representan a Berlín, Santiago y La  Haya desde la paradoja: „El lugar que se reconoce no es ninguna de las tres ciudades, es  más bien el lugar indeterminado de una memoria marcada por la experiencia del  desplazamiento, de la extrañeza, del exilio“19. 
Si vemos a la colonización hispana desde su fenómeno inmigratorio, podemos  establecer las consecuencias sociales de una cultura de dominadores y dominados y  comprender la condición marginal de los indígenas como resultado de la conquista e  inmigración hispana. Eugenio Dittborn ha trabajado en sus “Aeropostales” (1983) la  desaparición y marginalidad de ciertos grupos sociales en Chile como los indígenas y  delincuentes. La mismas “Aeropostales” son plegadas y puestas en un sobre para  inmigrar a través del correo normal a sus destinos de exposición, donde son desplegadas  y exhibidas con las marcas, los pliegues, del viaje. 
Entre otros Arturo Duclos y Enrique Matthey trabajan la hibridación de signos  culturales, propios de los choques culturales, inmigraciones y la globalización. Duclos a  partir de los ’90 se dedica a construir un vasto archivo de signos a utilizar en sus  trabajos, incorporando a la manufactura tradicional las técnicas gráficas de impresión.  En el espacio del cuadro u otros soportes dispone reproducciones de antiguos tapices  europeos, textos de lenguas muertas o vigentes, citas del comics, la alquimia, la  heráldica, etc., reuniendo a la alta cultura con la popular, a lo funcional con lo  decorativo, a lo femenino y lo masculino aboliendo, por acumulación, las jerarquías y  binarismos de estos signos. Matthey, por su lado, ha trabajado la condición arruinada de  las citas históricas, convocando imágenes extraídas de diferentes periodos del arte – cultura greco-romana, renacentista, barroca, ilustrada, imágenes pop, etc.-, para  reubicarlas en sus obras, dando cuenta de las consecuencias irónicas de la cultura  ilustrada, lineal y acumulativa, y, por tanto, de la lógica museal: el archivo ecléctico,  fragmentario e infinito, la desestabilización del gusto y el progreso como ruina.  
Si bien los artistas chilenos analizados toman desde cierto lado el problema de la  migración, el trabajo de Claudia Aravena Abughosh instala el tema de la constitución  misma de la sociedad chilena, no sólo desde la inmigración palestina, sino que  

18 Citado por Julia Herzberg: „A partir de cosas comunes. Rutas emergentes, Chile“. Revista Atlántica.  Gran Canaria, 2004. 
19 Adriana Valdés: „País de la ausencia”. En: Reconocimiento de lugar (catálogo). Santiago, Galería  Gabriela Mistral, 2002.
extendible a los arribos de tantas familias conformadoras de la diversidad cultural de lo  chileno. 
VII 
CONTEXTUALIZACIÓN CON ARTISTAS PALESTINOS 
Si bien muchos artistas palestinos residen en el extranjero, sus trabajos  representan áreas temáticas propias de Palestina y no de su propia condición de  inmigrantes refugiados, deportados, exiliados o autoexiliados. Sus trabajos indagan  fuertemente en los problemas locales entre Palestina e Israel.  
Una de las artistas más conocidas y de larga trayectoria es Mona Hatoum,  residente en Londres. Me referiré solamente a su obra “Present tense” (1996),  instalación de jabones sobre el suelo, sobre los que dibujó las anormales fronteras de  Palestina. En este trabajo se visualizan sobre un producto palestino tradicional –el jabón  hecho de puro aceite de oliva- el territorio fragmentado y disperso de los palestinos. El  jabón, en este caso, actuaría como símbolo de la resistencia palestina y el tema de la  inmigración aparecería como efecto de los territorios ocupados. 
Dos artistas jóvenes, residentes en Londres, han trabajado localmente el  problema palestino-israelí. Catherine Yass, por un lado, ha realizado un video („Wall“,  2004) de la gran muralla que divide la zona israelita de la palestina, contrastando su  estética modernista, de grandes bloques de concreto, con el terror que produce su  estetización, su percepción bella. Rosalind Nashashibi, por otro lado, ha filmado el  interior de una casa palestina en Nazaret bajo la ocupación de Israel. En este video  („Hreash House“, 2004), muestra escenas cotidianas de esta familia palestina que  difieren de los prototipos árabes distribuidos en las noticias internacionales, con el fin  de criticar esa visión exótica, orientalista, acerca de todo el mundo árabe. 
Los artistas que han permanecido en territorio palestino desarrollan esta  problemática local, como Noel Jabbour20, residente de Nazaret, quien ha retratado a la  familia y su forma de representar a sus mártires -muertos en la lucha palestina (“Martyr  Series”, 2000-2001) o Sharif Waked, residente de Haifa y Nazaret, quien a analizado los  Check-points donde los soldados israelíes controlan las fronteras con Palestina y revisan  que los estómagos de los palestinos estén libres de explosivos. A partir de una  documentación de ese gesto, Waked elabora una colección de vestuario que deje el  estómago libre, listo para la revisión (“Chic Point”, Transmediale, 2005).  

20 Jabbour expuso junto a otros artistas palestinos en la exposición “In weiter Ferne, so nah”, en galería  Ifa (Berlín y Stuttgart), el año 2000.
10 
VIII 
APERTURA DE UNA DISCUSIÓN 
A diferencia de los párrafos finales, destinados a concluir y cerrar el texto,  proponemos, dadas las características de la obra de Aravena Abughosh, la apertura de  esta escritura, y en vez de su fin, su despliegue, apelativo hacia una discusión, dejando  líneas de análisis, rutas de lectura a través de la problemática identitaria palestina. 
Esta obra abre un debate acerca del tema de la migración que no ha sido  discutido en el campo político ni en el cultural en Chile y ausente de la articulación  republicana de la historia en Chile. 
“Out of Place” diseña las conexiones perdidas (“the missing links”) de la  inmigración, entre el lugar de origen, Palestina, y el país de destino, Chile.  Representando la construcción dinámica de los sujetos y su movimiento de adaptación,  diferente a la actitud estática y tradicional que se sostiene desde una perspectiva  conservadora. 
Este trabajo exhibe sus propias estrategias reparatorias de la omisión,  exponiendo el problema del archivo y el material biográfico de la autora (álbum,  entrevista y vida) como propuesta de un archivo del pasado, presente y futuro, y la  transmisión de su propio mecanismo de creación.  
El aspecto local de esta obra no corresponde al proceso de mestizaje,  correspondiente al periodo de la colonia española terminada en 1810, sino que muestra  un proceso de diversidad cultural posterior que conlleva nuevas condiciones de vivir,  modelos sociales y comunidades. 
IX 
BIBLIOGRAFÍA 
Michael Archer et al: Mona Hatoum. London, Phaidon, 1998. 
Gonzalo Aguirre Beltrán: El proceso de aculturación en el cambio sociocultural en  México. México, FCE, 1992. 
Enrique Dussel: „Beyond Eurocentrism: the world-system and the limits of  modernity“En: Frederic Jameson: Cultures of Globalization. Durham y Londres, Duke  University Press, 1998.  
Catherine David (ed.): Tamáss. Contemporary Arab Representations. Beirut 1.  Barcelona, Fundación Antonio Tápies, 2004.
11 
Catherine David (ed.): Tamáss. Contemporary Arab Representations. Cairo 2.  Barcelona, Fundación Antonio Tápies, 2004. 
Gema Martín Muñoz et al.: „Después de Manhhattan, qué?“. Santander, Editora Límite,  2002.  
Ursula Frohne (Hg.) Video cult/ures. Multimediale Installationen der 90er Jahre. Köln,  Dumont, ZKM,1999. 
Nestor García Canclini: La globalización imaginada. Buenos Aires, Paidós, 1999. 
Julia Herzberg: „A partir de cosas comunes. Rutas emergentes, Chile“. Revista  Atlántica. Gran Canaria, 2004. 
Walter Mignolo: „The movable center: geographical discourses and territoriality during  the expansion of the spanish empire“. In: Francisco Javier Cevallos-Candau (Ed.):  Coded Encounters. Massachusetts, University of Massachusetts Press, 1994. 
Jaques Rancière: „Aesthetics and Politics: rethinking the link“. Conference at Berkeley  University, 2002. 
Edward Said: Crónicas palestinas. Barcelona, Grijalbo Mondadori, 2001. Edward Said: Orientalismo. Madrid, Libertarias, 1990. 
Elias Sanbar: Figures du Palestinien : Identité des origines, identité de devenir. Paris,  Gallimard, 2004. 
Adriana Valdés: „País de la ausencia”. En: Reconocimiento de lugar (catálogo).  Santiago, Galería Gabriela Mistral, 2002.


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